Casitas para cobayas


No os molestéis en comprar juguetes para cobayas. Lo que de verdad les gusta a estos bichillos son los agujeros para guarecerse y también escurrirse por túneles y estrechas cavidades. Podéis estar seguros de que os van a agradecer cualquier artilugio que les haga las veces de túnel, pasadizo o casita. Y por supuesto no les importará si es de fabricación casera o lo habéis comprado en la tienda.

Casitas y túneles de fabricación casera

La reina en este caso es la tradicional casetilla de toda la vida, esa que todos hemos hecho alguna vez con una caja de zapatos puesta boca abajo. Nosotros ya les hicimos una a nuestros amigos cuando los llevamos de vacaciones este verano y estaban bien contentos. Para que les sirva también como túnel de juego les podéis abrir varias puertas en el cartón: dos, una en frente de la otra, o incluso cuatro, una en cada lateral. Ya veréis como no os dicen que no.

Casa para cobayas hecha con una caja de zapatos

Otra opción son los tubos de cartón que van dentro del papel de váter, del de aluminio, etc. A nosotros, esos en particular no nos han servido de mucho porque teníamos a los cobayas un poco creciditos para que cupieran por los tubos, que son bastante estrechos. Hay quien les hace un corte transversal y así se abren y dan más de sí, que también es buena idea.

Casa para cobayas hecha con una caja de PanettoneCon una hoja de periódico o un simple folio podéis probar lo más fácil y rápido. La dobláis en dos y apoyáis los bordes en el suelo. Y sin más esfuerzos ya tienen vuestros peludos una casita bien maja que seguramente acabarán lanzando por los aires, pisoteando y destrozando a dentelladas, ¡el colmo de la diversión para estos bichos! Qué más se puede pedir por semejante precio y esfuerzo 😛

Otra idea que tengo pero no he probado aún es usar un tupperware viejo en lugar de una caja de zapatos (o de esta tan colorida de Panettone que tenéis a la izquierda y que vuela por los aires con demasiada facilidad). Así tendrán una casa más resistente y seguramente bien abrigadita en invierno. La idea es la misma: ponerlo boca abajo y recortarle unas puertas. Supongo que para evitar que se corten con el borde habría que lijarlo un poco para que quede suave después de hacer las puertecillas.

A veces ni siquiera hace falta ponerles nada especial porque ya se montan ellos solitos su propio túnel. Por ejemplo, algo que les hemos visto hacer a nuestros cobayas es buscar un hueco por el que escurrirse debajo de la manta polar que tienen en el suelo y corretear con esta peinándoles el lomo como si fueran pequeños topillos, bultos sospechosos que se deslizan sin ser vistos en busca de un tesoro subterráneo… ahora que lo digo, les voy a poner unos trocillos de pimiento bajo la manta para que se entretengan buscándolos la próxima vez.

Casitas que venden en las tiendas de mascotas

Un clásico para cobayas es la casita o el túnel de hierba. Para explicaros cuánto les gusta lo mejor es que os enseñe cómo ha quedado la nuestra tras apenas tres meses de uso: destrozada. Sí, sí, se la han comido. Aunque antes de quedar así les ha dado mucho juego. Ha sido casita, túnel, colina sobre la que encaramarse, hamaca (le daban la vuelta fácilmente y parecía gustarles el resultado), comedero, WC,…. en fin, de todo ha hecho la casita de heno. Al final se la hemos quitado porque no queremos que se saquen un ojo con los trozos rígidos que han quedado medio sueltos tras el festín. O bueno, igual se los acabo de cortar yo misma y se la devuelvo, que creo que la echan de menos.

Así era la casita de heno cuando la compramos:

Casita de heno para cobayasY así es como las bestias peludas la han dejado en un abrir y cerrar de ojos:

casita de heno tras tres meses de uso

También hemos visto montones de casitas de madera en las tiendas, algunas muy sofisticadas (hasta demasiado diría) y con precios igualmente «sofisticados». Las más complicadas suelen ser para hámsters o hurones, y es que los cobayas no son tan ágiles y es mejor ponérselo fácil. Si tuviera que elegir una para mis cobis sería como mucho de este estilo:

Casita para cobayas de madera (marca Trixie)

Casita para cobayas tipo iglú de plástico

Los que a mí de verdad me encantan son los iglús de plástico que he visto en Internet. Se puede decir que son la versión ‘pop’ del tupperware que os decía antes.

Este invierno mi idea es ponerles un par de estas casitas de plástico, ya sea en su versión pija-pop o en la casera, con un trapito dentro en el que puedan cobijarse. En nuestro piso hará un frío que pela en pocas semanas y seguro que los ‘cobayowski’ lo agradecen.

Ya os lo enseñaré, a ver si las usan o hay que volver a la casita de heno comestible que por lo que se ve es un valor seguro 😀

ACTUALIZACIÓN, 22 de octubre 2011

Finalmente hemos comprado dos casitas tipo iglú pero un poco diferentes a la que os enseñábamos. Como tienen también suelo son mucho más estables y no les dan la vuelta. Además, limpiarlas es muy fácil ya que se separan en dos. Con un trapo de cocina viejo las hemos hecho acogedoras y ahora casi siempre duermen en ellas (si queréis verlos durmiendo dentro, los tenéis en otro post).

Os dejo unas vistas de las casitas nada menos que «a pie de puerta» y con cobaya incluido:

casa de plástico para cobaya, de color verdeiglú de plástico para cobaya, color azul

ACTUALIZACIÓN, 27 de noviembre, 2011

La idea de ponerles unos trapitos dentro de las casetas podría haber sido buena si no fuera porque estos animales no discriminan en qué lugar hacen sus necesidades. Dicho esto, no es difícil imaginar el resultado: los trapos acabaron completamente mojados en un par de días, y llenos de residuos de difícil desincrustación (ni que decir tiene que a nadie le apetece meter algo así dentro de la lavadora, ni siquiera por separado).

La solución fue sacar los trapitos y sustituirlos por el tan socorrido papel de cocina. ¿El resultado? pues que sacaron el papel de las casitas para devorarlo fuera (es un hecho que les encanta comerse el papel) y dentro siguieron haciendo sus necesidades indiscriminadamente. La consecuencia directa fue cobayas rebozados en su propia orina y heces, sobre las que dormían plácidamente, eso sí. Por supuesto les costó un buen baño.

Como no nos rendimos, la siguiente alternativa (la actual y en fase de pruebas) ha sido ponerles lecho de papel reciclado dentro de las casetas. Estas ya no parecen tan confortables, al menos desde el punto de vista humano, aunque ahora pueden hacer sus cosas y el absorbente previene los charcos indeseados. Qué le vamos hacer si cobayas y humanos tenemos gustos dispares… Ahora, ellos siguen encantados con sus guaridas y las usan a base de bien 🙂